21/10/12

El gobierno no confía en la creación de empleo, lo redistribuye: ocupa los puestos de gestión pública con sus deudos, privatiza la gestión de los organismos públicos adjudicándola a renegados, y se asegura de que el Tesoro Público se vaya fundiendo. El resto de funcionarios son considerados prescindibles. Tal vez se preserven la Justicia, el Ejército y los políticos. ¿Será éste el “nuevo orden” que apetecen los “mercados”?.


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